
Hoy hace 41 años a esta hora, el grupo de compañeros del M-19 que esperaba en Panamá al comandante Jaime Bateman, empezaba a sentir el impacto de una ausencia inmensa, distancia que ya percibían por el silencio de llegada de aquella presencia excepcional que ansiosos miraban hacia el oriente cuando creían pronto recibir en el aeropuerto de Tocumen,