El primero de mayo de 1886 es un día que no puede ser olvidado por los trabajadores del mundo y los pueblos porque ese día marcó el inicio de las conquistas de la clase obrera. En la memoria colectiva debe permanecer vivo el recuerdo de la gesta cumplía por MICHAEL SCHWAB, LOUIS LINGG, ADOLLH FISCHER, SAMUEL FIELDEN, AUGUS SPIES y ALBERT R. PARSONS, quienes, por defender la reclamación por trabajar ocho horas al día, estudiar otras tantas y descansar el resto de las veinticuatro horas de la jornada de trabajo, fueron condenados a la horca. Esto demuestra que la lucha por las reivindicaciones sociales ha estado rodeada de sacrifico y sufrimientos. LINGG se suicido después de conocer que la Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia en el otoño de 1887, las condenas de FIELDEN y SCHWAD fueron conmutadas a cadena perpetua y ahorcados FISCHER, PARSONS, ENGEL y SPIES
Si bien es cierto todos los años en gran parte del mundo se conmemora la memoria de los héroes de Chicago con marchas el primero de mayo, no lo es menos que ese día de 1886 transcurrió, en términos generales, dentro de las previsiones que todos hicieron, es decir, no hubo mayores sobresaltaos salvo la acostumbrada presión en contra de los trabajadores por parte de los policías y cuerpos armados, instigados por los dueños de las empresas, comerciantes y potentados que no querían ceder un ápice en favor de la clase trabajadora, dejando de lado que habían acumulado grandes capitales gracias al esfuerzo de los obreros que trabajan a sus ordenes en horarios que pasaban de las doce horas al día.
Las dificultades se presentaron el día 4 de mayo cuando se generó una explosión que de inmediato fue endilgada como responsabilidad de los trabajadores y fueron acusados de la muerte de un policía. Esta historia a grandes rasgos es conocida por los trabajadores sindicalizados del mundo, pero existe otro trasfondo poco divulgado y es el que tiene que ver con el papel que cumplieron las mujeres en los días, meses y años que siguieron a los acontecimientos del primero de mayo y los días siguientes y es que fueron ellas quienes enarbolaron la bandera de la denuncia sin miedo y permitieron que los hechos acontecidos en Chicago fueran conocidos en la los Estados Unidos y en el mundo entero. Las jornadas de denuncias, marchas, mítines, giras, conferencias, jornadas de sensibilización, visitas a sindicatos de otras ciudades y de Europa, permitieron que la injusticia fuera conocida y repudiada por la mayoría de la la sociedad. Al principio las madres de los prisioneros, esposas, hermanas, cuñadas y amigas tenían como principal objetivo salvar la vida de sus allegados sin lograr mayor cosa, debido a que hasta la Corte Suprema estaba impregnada de la ideología que consideraba que la defensa de los derechos de los trabajadores era un hecho criminal que debía ser repudiado por la sociedad civilizada.
Estas breves líneas tienen por objeto rescatar para la memoria ese invaluable papel cumplido por las valientes mujeres de Chicago que no se dejaron arredrar frente a la presión y ejercicio arbitrario del poder y acompañaron por siempre la valiente lucha de sus esposos, hijos, hermanos y amigos, dando un verdadero ejemplo de lealtad y, además, tratar de sensibilizar a los jóvenes trabajadores de hoy acerca de lo importante que es para el bienestar de los trabajadores y los pueblos el movimiento sindical, que ha sido capaz de ofrendar hasta la vida con tal de concretar las aspiraciones de justicia social que disfrutamos en el mundo que conocemos hoy, sobre todo para que tengan en cuenta que los “privilegios” de los que gozamos, como la jornada de máximo ocho horas al día no son un derecho connatural a nuestra condición de trabajadores, fue alcanzado luego de muchas luchas, sacrificios y sangre, por eso solo hechos todos los trabajadores deberíamos estar agradecidos con estos héroes del pasado que viven en el presente y no podemos olvidar.
El origen de la conmemoración del primero de mayo es SAGRADO, ningún trabajador sindicalizado debe sustraerse a marchar los primeros de mayo por cuanto no hacerlo es como si renegasen de la historia que nos ata al pasado y nos ha hecho posible consolidar los logros de la clase trabajadora. No podemos olvidar que ningún movimiento político o social ha alcanzado tantas realizaciones en favor de la justicia social como los trabajadores sindicalizados, basta para tenerlo en cuenta una breve enumeración a los logros más trascendentales: la jornada de ocho horas, las vacaciones, descansos dominicales y festivos, prestaciones sociales, la seguridad social, derechos de las mujeres y los niños, el salario mínimo, las pensiones, la estabilidad laboral, los contratos a término indefinido, el derecho a la educación, la formación profesional, las cesantías, la creación en Colombia del SENA, las horas extras etc. Derechos que contribuyeron a la construcción de la paz social. Recordemos también el papel fundamental que cumplieron los trabajadores luego de la Segunda Guerra Mundial y que hizo posible el mundo de hoy.
En vísperas del primero de mayo, día internacional de los trabajadores, les hago llegar un saludo fraterno a todas y todos los trabajadores colombianos aspirando a que no olvidemos la historia para no estar condenados a repetirla.
WILLIAM MILLAN MONSALVE