Me visitó un importante politólogo español, a quien algún despistado le dijo que hablara con este susurrero sobre los temas políticos del país. Básicamente, me pidió que le explicara en qué consistía la llamada polarización de Colombia; se la definí así:
Los polos son los seguidores de Uribe, llamados por sus antagonistas para-uribestias y los fanáticos de Petro, llamados por sus opuestos mamer-petrobestias. Ambos extremos se caracterizan por la adoración fanática a su líder, al cual consideran su dios infalible y perseguido por sus opositores.
- Los Uribistas consideran que el expresidente es proveniente de la divinidad y que él salvó la patria; no le reconocen ningún error. - Los petrobestias piensan que el presidente es el hombre más inteligente de la historia de la humanidad y jamás comete un error; todo lo que se dice de él es mentira de la oposición.
Cuando se les señalan faltas cometidas por su ídolo, tienen respuestas incuestionables: Los falsos positivos de Uribe, son un invento; los ministros de Uribe condenados por las Cortes, por comprar votos para pasar la reelección, fueron víctimas de una justicia politizada; el abogado de Uribe es un bandido que se aprovechó de la bondad de Alvarito y compró unos testigos a favor del hermano, etc.
Los que idolatran a Petro lo consideran un genio intergaláctico que nunca se equivoca y que no alcanza a ser comprendido por la actual raza humana; nunca ha existido presidente más capaz e iluminado en este país; si hay corrupción en el actual gobierno se justifica porque en otros gobiernos también robaban; si se volaron los topes de la campaña presidencial la excusa es que otras campañas también lo hicieron; se compran congresistas con plata y contratos (los gobiernos anteriores también los compraron); si el hijo del presidente es un bandido es porque los hijos de otros presidentes también, supuestamente, lo hicieron; sino llega a sus compromisos es porque está pensando genialidades mientras mete café; si nombra bandidos como Olmedo es porque los otros gobiernos también tenían sus bandidos, etc.
No se sabe cuál extrema es más fanática y más obtusa. Quien no esté de acuerdo con ellos es paramilitar o guerrillero comunista; es imposible dialogar con ellos; solo se oyen entre los mismos.
La Prensa es la enemiga de ambos; la justicia los persigue a los dos bandos; los enemigos se inventan infundios como los falsos positivos o los robos de Olmedo; la salud se destruyó sola, antes de este gobierno no había salud; antes de Uribe no había país; antes de Petro nada funciona en Colombia.
Todos aducen tener las mayorías populares, aunque en las últimas elecciones provinciales les fue muy mal a ambos; no ganaron porque hubo trampa, aducen los dos grupos en contienda.
Quien no es fanático de Uribe es un comunista camuflado, traidor a la patria; quien no es fanático de Petro es un fascista paramilitar del Opus Dei.
¿Crees que en las próximas elecciones va a seguir ganando uno de esos bandos?, me preguntó el Ibérico. Le respondí: Como está hoy el país no hay cabida a las opciones moderadas de centro izquierda o de centro derecha. Pienso que, en 3 años tendremos de presidente a uno de extrema izquierda, seguidor de Petro o un populista libertario de extrema derecha, pidiendo bala para los bandidos y armas para los ciudadanos para que se defiendan.
Joder tío, ¿no es un poco extremista ese pronóstico? Desafortunadamente pienso que no; ojalá me equivoque.
Nos despedimos y me dijo: En España estamos igual, no hay un minuto de sosiego para el partido gobernante, no importa que sea de derecha o de izquierda.
Mal de muchos, consuelo de .....
Ñapa: Tengo confiable información de que la última celebración de Petro, el martes pasado, fue realmente extrema; lo encontraron en muy malas condiciones, por una "intoxicación alimenticia". No dudo que fue intoxicación, lo de alimenticia no se lo cree nadie; pasó 2 días separado de todo, para recuperar fuerzas y cerebro.
Laura llora y Doña Vero está emputada.
¡Buen bochinche ¿no?!
Ñapita: Que el presidente le dé órdenes al fiscal de cómo debe manejar los principios de oportunidad de quienes acusan a altos funcionarios del su gobierno, además de inconstitucional, es abuso del poder. No le faltó si no decir: De paso, le ordeno que suelte a mi niño Nicolás, el que no crié".
Ñaputa: ¿Ustedes creen que el gobierno ganaría la votación en la escogencia de la constituyente que va a convocar? Yo creo que tendrá un fracaso rotundo; por eso no le tengo miedo.
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