
El mundo está verdaderamente amenazado en la conservación y equilibrio medioambiental. Las especies vivas que producen vida y generan la biodiversidad están seriamente amenazadas por la enorme influencia de la mano del hombre. La explotación mineral ilegal y abusiva, el exceso de precursores químicos en la agricultura, la deforestación, la contaminación de las aguas y el aire, están provocando un efecto terrible en la biosfera, trayendo con ello muchas enfermedades modernas y plagas que afectan la salud humana, como también a la fauna.
En colombia, las áreas protegidas no son suficientes, aunque hay que reconocer que se ha avanzado mucho en ello con la creación del ministerio del medio ambiente. El país progresó y frenó en gran medida los procesos negativos, de igual manera con las corporaciones regionales y las secretarias de medio ambiente de algunos municipios. Pero aún los intereses económicos priman sobre la naturaleza, es el caso del río Bogotá que recibe una contaminación progresiva a causa de industrias que utilizan químicos y venenos como las curtiembres de Villapinzón, fabricas del occidente bogotano y desperdicios de la ciudad.
Debemos pues proteger nuestras reservas de arrecifes coralíferos, manglares, pastos marinos, las diferentes especies como esponjas, peces, reptiles, aves, mamíferos y en fin todos los humedales, musgos, plantas nativas e insectos. Pero esto más allá de ser una responsabilidad del gobierno, es un deber de todos los colombianos velar por nuestro medio ambiente, no destruirlo y evitar la contaminación, si es que queremos que nuestras descendencias disfruten de la naturaleza como la hemos disfrutado nosotros.
Por: Diego Arango Osorio